
Evelyn había sido fotógrafa desde que tenía memoria. Cuando su abuelo le había regalado la cámara antigua que el poseía mientras ella apenas cumplía ocho años era el recuerdo mas memorable para su infancia. Si no estaba dibujando lo que veía o en alguna esquina de su colegio viendo a las personas pasar podían encontrarla en aquel santuario, donde sus más íntimos sueños no tenían limitación alguna. Su habitación.
Después de haber terminado el horario escolar se dispuso a caminar por aquellas calles por las que cada tarde pasaba, llego hasta ese punto especial donde siempre se detenía y lo miró, aquel esplendoroso y alto árbol continuaba ahí, esperando por ella. Acerco su mano hacia una rama que se encontraba dando de golpe hacia el lado oeste y sus dedos le permitieron sentir aquello que estaba buscando. Cuando pudo distinguir esas letras grabadas como cicatriz en la superficie de aquel ser vivo se sintió mas tranquila.Siguió caminando mientras el viento se escapaba a través de las ramas de los árboles y se permitió detener su paso un poco mas para sentirlo una ultima vez, sabia que esa vez seria definitivo el adiós y no quería perderse de nada. Vio como la luz del sol reflejaba en las casas, en los árboles, en las hojas que caían de este, en aquellas pizcas de polvo que bajaban poco a poco hasta llegar al suelo y entonces vio al final un barandal, un lugar sin salida. Tomo una foto de aquel peñasco hasta el cual había querido llegar y levantando su cámara se tomo una foto.
Sonrió como jamás lo había hecho antes, era el momento mas feliz y pleno de su vida.Algo frió comenzó a tocar su piel y alzando su rostro al cielo buscaba alguna nube de donde aquella suave gota hubiera descendido pero no vio mas que aquel maravilloso azul que revestía en lo alto.Haciéndose camino a través de aquel pequeño obstáculo entre ella y la vista perfecta a su destino paso al otro lado en donde el borde la esperaba. Dejo su cámara cuidadosamente en una caja donde un papel titulaba aquel día como: La liberación; Dejo su cuerpo ser acariciado por la inmensa gravedad hasta que llego al suelo, todo se apago.
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